

El castillo de Bran, mejor conocido como Castillo de Dracula, es una fortaleza medieval rumana, que actualmente goza de gran atractivo turístico por su relación con la novela de Bram Stoker Drácula.
Situado cerca de Braşov en Transilvania, es un monumento nacional y uno de los puntos clave del turismo rumano, si bien su valor estriba en su antigüedad y arquitectura y no en su vínculo con el personaje del conde Drácula, que es ficticio. Vlad, en rumano, significa conde.
Fue construido por caballeros de la Orden Teutónica alrededor de 1212, después de que regresaron de Palestina al Reino de Hungría derrotados por los sarracenos en Tierra Santa. La fortaleza está emplazada en la frontera entre Transilvania y Valaquia y su arquitectura es única.
Este castillo es famoso por la creencia de que había sido el hogar del Vlad Draculea (Vlad el Empalador) en el siglo XV. Sin embargo, no hay evidencias de que el Vlad viviera allí en persona y, según la mayoría de versiones, el Empalador pasó sólo dos días en el castillo, encerrado en una mazmorra, cuando la región estaba ocupada por el Imperio otomano.
El castillo está abierto para los turistas, quienes pueden ver el interior solos o una parte de él con tour guiado. En el exterior del castillo hay ejemplos de tradicionales casas rumanas.
Presuntamente, Bram Stoker moldeó partes del carácter del conde Drácula basándose en aspectos del personaje real de Vlad Draculea, y usó el castillo como modelo para describir al del vampiro.
Pasadizo secreto en el interior del castillo. Une el primer piso con el terceroLa imagen del castillo de Vlad ha sido utilizada en múltiples adaptaciones fílmicas de Drácula, y de manera informal ha llegado a ser conocido como «Castillo de Drácula».
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